Que no debemos consumir en la cena

Una cena desequilibrada es la causa de mala digestión, exceso de calorías que se almacenan en depósitos de grasa, insomnio, pesadez y estreñimiento. Además, podemos comenzar el día siguiente con dolor de cabeza o falta de energía, aunque hayamos dormido mucho.

 

Carnes rojas, su proceso de digestión es muy lento y eso quiere decir que nuestro organismo lo estará digiriendo gran parte de la noche. Los carbohidratos están llenos de calorías. Por eso, son esenciales en el desayuno, pues nos proporcionan energía para el día, pero en la noche solo se acumularán en nuestro abdomen, caderas y muslos. Especialmente los carbohidratos vacíos, es decir, que solo aportan calorías como galletas, panes y pastas.

 

 

Aunque a veces pensamos que las verduras nos ayudarán a tener una cena liviana y a mantener nuestro peso, lo cierto es que muchos producen gases: habichuela, brócoli, coliflor, cebolla, pimentón, lechugas, acelgas. “Producen flatulencia e inflamación intestinal, no recomendables para personas con colon irritado”, aconseja la experta.

 

Es también un error creer que una cena con frutas es saludable y nos provee pocas calorías. Lo cierto es que, si dejamos las tres porciones diarias para esta hora del día, estaremos prescindiendo de otros alimentos que son necesarios; además, estas tienen alto contenido de fructuosa que significa, azúcar.

 

Los nutricionistas recomiendan alimentos bajos en calorías, como ciertos tipos de proteína: picar queso, huevo, jamones bajos en grasa y sal, pollo desmenuzado, pescados, frutos secos como nueces, maní, almendras, pistachos, semillas de girasol, ajonjolí u otro tipo de vegetales que no sean los antes nombrados, que producen flatulencias; una gelatina dietética si se está en dieta para bajar peso, 1 vaso de leche de almendras sin azúcar o de quínoa.