Tome bebidas naturales, no gaseosas

Por cultura desde que somos pequeños se nos ha enseñado que, para fiestas, almuerzos especiales o después de un día de juego no hay nada mejor que una bebida carbonatada gaseosa, esto es un problema ya de falta de información y por comodidad de tanta opción en el mercado, pero debemos saber que estas bebidas solo nos traen problemas en la salud de los niños y jóvenes.

 

Las bebidas gaseosas tienen grandes cantidades de azúcar refinada, la fructosa afecta los niveles en sangre de hormonas como la y grelina (hormona que estimula el hambre). De acuerdo a varios estudios, debido al efecto de la fructosa sobre las hormonas el consumo prolongado de productos con mucha energía proveniente de la fructosa, juega un rol fundamental en la ganancia de peso y la obesidad.

 

Las bebidas gaseosas aumentan el riesgo de padecer obesidad, diabetes, problemas cardíacos, infarto, cáncer, osteoporosis anemia entre otras enfermedades. Suficientes razones para dejar de lado estas bebidas y consumir otras bebidas como agua, refrescos naturales o batidos.

 

 

Una lata de gaseosa contiene aproximadamente 10 cucharadas de azúcar refinada, saborizantes, colorantes artificiales, cafeína, aditivos y conservantes que aportan alrededor de 150 calorías. Para nuestro cuerpo es vital la producción de calcio pues la baja presencia de este mineral genera enfermedades de tipo óseo como osteopenia u osteoporosis. Pues bien, las gaseosas contienen ácido fosfórico el cual se relaciona con fracturas y probabilidad más alta de desarrollar osteoporosis.

 

Estudios han sugerido que la ingesta menor de calcio debido al consumo de bebidas carbonatadas se asocia a mayor cantidad de fracturas óseas entre los niños y adolescentes. El azúcar refinado junto a los ácidos presentes en las gaseosas, como el ácido fosfórico y el ácido cítrico entre otros contribuye sustancialmente en la aparición de caries dentales y erosión del esmalte dental.